Un pavimento para diferentes usos y estéticas
Los pavimentos vinílicos son suelos derivados de PVC que tienen una estética y acabado continuo y son de fácil mantenimiento. Presentan buena resistencia al uso, impermeabilidad y fácil y rápida colocación, lo que los hace ideales en ambientes comerciales y oficinas.
A diferencia de la cerámica, el suelo de vinilo te permite colocarlo encima del suelo existente, sin tener que levantar suelo. Pero se deben colocar siempre, para asegurar el buen resultado, sobre superficies lisas, nunca sobre superficies rugosas.
Por otro lado, estos pavimentos permiten que se obtenga la estética deseada, desde un suelo liso de color, multicolor a imitaciones de materiales como la piedra, la madera, el mármol y con una calidad estética de calidad.
Si lo instalamos en zonas de gran tránsito de personas, son recomendables los suelos vinílicos homogéneos. Por otro lado, el pavimento vinílico heterogéneo, es el formado por varias capas, lo que permite conseguir la estética que queremos y es más usado en ámbitos de menos tránsito como viviendas particulares.
A diferencia de los suelos de cerámica o madera, el vinilo es un material “blando” al tacto que lo hace ideal para habitaciones de juego para niños o para cuartos de baño (donde solemos ir descalzos). Tendremos sensación de “amortiguación”.
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